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Los cambios en el Impuesto sobre Sociedades exigen revisar las estrategias fiscales

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2025 llega con cambios sustanciales en el Impuesto sobre Sociedades que afectarán a la planificación fiscal de miles de empresas españolas.

Modificaciones en la reserva de capitalización y en los tipos fiscales aplicables, unidos a los límites más restrictivos para la compensación de pérdidas anteriores y para la aplicación de deducciones por doble imposición en empresas cuya cifra neta de negocio supere los 20 millones de euros o la prorroga a la limitación para compensar bases negativas en grupos fiscales marcarán la hoja de ruta fiscal de este ejercicio.

 



Para profundizar en el impacto de estas medidas y conocer qué pueden hacer las empresas para anticiparse, hablamos con Omar Adra, asesor fiscal y responsable del área fiscal de Sarabia Tax & Legal en Madrid.


Pregunta : ¿Cuál es su valoración sobre los cambios que se han introducido en el Impuesto de Sociedades para 2025?
Omar Adra:
Los cambios buscan incentivar el crecimiento empresarial y garantizar, por otra parte, una tributación mínima efectiva. Entre las medidas más directas y relevantes, por su afectación a un gran número de pequeñas y medianas empresas, destacaría la reducción gradual del tipo impositivo frente a ejercicios anteriores.

Las empresas cuya cifra neta de negocio haya sido inferior al millón de euros en el ejercicio anterior tributarán ya en 2025 sobre los primeros 50.000 euros de beneficio al 21% y al 22% sobre el resto (hasta llegar en 2027 a una tributación del 17% sobre los primeros 50.000€ y un 20% sobre el resto), y las Empresas de Reducida Dimensión lo harán al 24% (hasta llegar en 2029, de manera gradual, a un tipo del 20%).

Pero los cambios son mas profundos, y afectan a todo tipo de empresas.


P: ¿Hay alguna medida que consideren especialmente relevante para empresas medianas y grandes?
OA: Sí, tres en particular. Por un lado, la prorroga a la limitación de la compensación bases imponibles negativas (BINS) en grupos fiscales; por otro, la recuperación en 2024 y mantenimiento en 2025 de los límites a las deducciones por doble imposición y a la compensación de BINS en empresas con una cifra neta de negocio superior a 20 millones de euros; y, por supuesto, el nuevo Impuesto Complementario para grandes grupos, que obliga a garantizar una tributación mínima del 15%, lo que está afectando a decisiones de localización de los holdings internacionales.


P: ¿Y para las pymes?
OA: Además de los cambios de tipos indicados anteriormente, destacaría la modificación en la reserva de capitalización, que se verá aumentada del 15% al 20% sobre el aumento de los fondos propios, pudiendo llegar hasta el 30% si se produce aumento de plantilla superior al 10%.

Igualmente, queda aumentado el límite sobre la base imponible previa, pasando del 10% al 20% con carácter general, quedando inalterado con respecto a 2024 el plazo en el que dicho aumento de los fondos propios debe mantenerse (3 años).

Unido a la reducción de tipos y a la mejora de la reserva de capitalización, el mantenimiento de los porcentajes y límites de deducción por donativos fijados ya para el 2024 o la posibilidad de la aplicación de múltiples deducciones fiscales, como la relativa a la financiación de producciones cinematográficas, series audiovisuales y espectáculos pueden suponer una rebaja fiscal importante si se cuenta con la planificación necesaria.


P: ¿Qué debería hacer una empresa ahora mismo?
OA: Para el ejercicio fiscal 2025, es fundamental que las empresas revisen y ajusten su estrategia tributaria antes del inicio del segundo semestre.

Asimismo, resulta imprescindible identificar y aprovechar posibles beneficios fiscales aplicables, tales como la reserva de capitalización mejorada—siempre que se cumplan los requisitos—, el régimen de donaciones y las distintas deducciones fiscales disponibles, entre ellas las vinculadas a actividades de I+D o la realización de determinadas actividades.
Más que una mera obligación de cumplimiento, la gestión fiscal debe orientarse hacia una optimización segura, permitiendo a las empresas maximizar sus recursos dentro del marco normativo vigente.


P: ¿Cree que estos cambios marcan una tendencia?
OA: Absolutamente. Vamos hacia una fiscalidad más técnica, más exigente y con mayor supervisión. Las empresas que entiendan esto y trabajen con una asesoría especializada no solo evitarán riesgos, sino que podrán obtener ventajas competitivas.

La planificación fiscal deja de ser una opción para convertirse en parte fundamental de la estrategia empresarial.